martes, 21 de diciembre de 2010

POR EL BIEN COMÚN

William Blake - "The Great Red Dragon and the Woman Clothed with the Sun", 1805

Como soy un guionista mediocre (de ahí la necesidad de juntarme con algún guionista DE VERDAD para poder sacar mis proyectos adelante, que yo tengo muy clarito hasta dónde puedo llegar y no voy de auteur por la vida), uso todo tipo de trucos para facilitarme la escritura. El más habitual es ponerle a los personajes del guión la cara de mis amigos actores. Eso me facilita muchísimo el trabajo de creación: bien puedo utilizar la personalidad del actor para crear la del personaje que me imagino, porque sé que pueden ser similares y que le va a ir como un guante; o bien puedo crear un personaje que sea justo lo contrario de lo que es la persona que me imagino para interpretarlo, porque así sé que ese actor va a disfrutar mucho más del personaje. Tampoco es necesario inspirarse en la personalidad real del actor, se puede basar uno en algún trabajo suyo que haya visto (o que no haya visto, en plan "Fulanito nunca ha interpretado a un guardia urbano con la obsesión de coleccionar figuras de Lladró, creo que voy a escribir ese personaje pensando en él para interpretarlo, que le va a molar").

"Algo que se parezca a vivir" trata sobre dos personas, un hombre y una mujer, que, por motivos bien distintos, se sienten prisioneros de su propia existencia. Cuando estos personajes se cruzan (más bien, colisionan), se ven envueltos en una espiral de caos y violencia, que tal vez (sólo tal vez) puede dar sentido a sus vidas. Son dos personajes muuuuuy extremos... Y, aunque Juanjo y yo hemos hecho algún comentario sobre actores y actrices, es la primera vez en mucho tiempo que no pienso en nadie en particular para que los interprete.

Creo que, más que por disciplina de trabajo o porque crea que no conozco a ningún actor que pueda interpretarlos (que sí que los conozco... a patadas, que mis amigos actores y actrices son gente con muchíiiisimo talento), es por miedo. Sí, tengo miedo de que, si me imagino con demasiada fuerza a alguien interpretando a esos personajes, luego me cueste demasiado desvincularme de esa imagen cuando ese actor rechace hacerlo. Porque sé que mucha gente va a decir que NO.

Estos personajes van a hacer cosas horribles en un mundo horrible. Va a ser una historia muy intensa, que va a suponer mucho desgaste físico y psicológico para los involucrados. Entiendo a la perfección que, si las circunstacias laborales no son las más provechosas, sobre todo desde el punto de vista económico (que casi seguro no lo serán, porque recuerdo que, si la cosa no cambia mucho, haremos esta peli de forma totalmente independiente y casi sin dinero), la gente se lo piense dos (y tres y cuatro) veces antes de ponerse a golpear su psique contra las paredes.

Lo mismo me sorprenden, pero desde ya digo que, cuando llegue el momento de ofrecer los personajes a los actores, no me enfadaré si me dicen que no... Y por favor, amigos míos, no os enfadéis conmigo si os ofrezco unos personajes tan desagradables, que no pensaba en vosotros mientras los escribía.

4 comentarios:

  1. JODER Cesar, tan terribles son???
    Nunca se sabe... a lo mejor te sorprenden...y se pelean por interpretarlos!!!
    Supongo que ese es parte del encanto de ser actor (poder ser quien nunca serías no?)

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  2. Pues no sé si TAN terribles, porque aún hay que escribirlos, pero prometen ser intensos de narices (y deberían serlo).

    Ojala los actores se peleen por ellos, eso querrá decir que, salvajadas a parte, el guión estará bien escrito ;)

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  3. Lo que molaría más bien es que un puto productor te impusiera a los actores. Es traumático pero en el fondo es relajante y quita presiones... o eso dicen.

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  4. Anónimo: si alguien me pudiera imponer algo (actores, cambios en el guión o lo que sea) es que hay pasta de por medio... Estoy deseando que me impngan cosas, hostias.

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